A pocos metros de la ruta provincial 82 en Las Compuertas una cálida y pintoresca estación de trenes cuida los más preciados objetos del ferrocarril gracias a la protección y cuidados de Néstor Flores.
Néstor Antonio Flores tiene 85 años, desde que nació vive entre trenes y ferrocarriles, su padre era Jefe de Estación, de él heredó no solo la profesión, sino también la pasión y vocación. El ferrocarril es su vida, no hay más que agregar, eso resume el impulso que lo lleva a cuidar con fervor los objetos que siguen allí, pero hay muchos detalles que destacar que conocer para comprender y valorar su trabajo y entrega.
Don Flores, como todos lo conocen, llegó a Estación Blanco Encalada en 1964, estación muy importante en esa época ya que era de tráfico internacional. No solo fue el lugar donde se desempeñó como Jefe de Estación, sino que fue el lugar del que se enamoró e instaló con su familia. Recuerda esa época con mucho amor y emoción, sus relatos son la historia viva del lugar.
Luego de que él llegó se instaló Industrias Grassi y Gas del Estado; las 18 viviendas de la zona fueron el hogar de los trabajadores y sus familias; entre todos trabajaron noche y día. Hasta que en 1992 se les informó que todo el personal del Ferrocarril Trasandino debía retirarse de su puesto de trabajo y se les concedían los años que antigüedad que tenía, menos el Jefe de Estación. Para Néstor en difícil contener las lágrimas a recordar ese momento.
No dejó de funcionar porque era malo el servicio, fue por decisión política, eso se llevó el alma de este lugar.
De la noche a la mañana la vida de todos cambió, el último tren que pasó por el lugar tenía la orden de llevar consigo todo lo que estaba en las estaciones. Pero Néstor se impuso a esa orden y lo impidió… Logró que todos los objetos y archivos permanecieran en el lugar. El tren continuo su marcha arrasando con todo y él comenzó una nueva etapa de su vida, ser el guardián de los recuerdos.
Cuidó e invitó a todos a conocer la historia, a vivir el ferrocarril, a visitar la estación, así fue como el 20 de octubre del 2004, con el apoyo de su familia, fundó el primer Museo Ferroviario llamado “Alejandrino Alfonso”, para preservar la identidad del lugar, la historia, todo lo que hace al Ferrocarril. El museo fue bautizado con el nombre de su superior, con quien compartió vocación y amistad.
Néstor es conocido y querido por todos ya que toda la vida tuvo una activa y fuerte participación en la comunidad; actualmente sigue siendo un referente para todos. Realizó fiestas vendímiales en el terreno de la estación de trenes, colaboró con el centro de primeros auxilios, con la Unión Vecinal y verdaderamente ayudó a forjar la formación de Las Compuertas.
La estación de trenes aloja una gran cantidad de objetos ferroviarios, todos originales y en perfectas condiciones, algunos son regalos de amigos que compartieron con él la época de gloria del ferrocarril, pero la mayoría son esos tesoros por los que se enfrentó contra el mundo para que permanezcan allí. Tesoros que comparte desde siempre con escuelas, turistas y vecinos que visitaron el lugar.
Pasó el tiempo, cambió el clima e incluso la vegetación, nadie mejor que él lo sabe, pero el museo sigue ahí esperando el tren… esperando a todos los visitantes, a todos los vecinos. No es solo un museo, son las puertas de su corazón que espera por todos, cada objeto tiene un enorme valor sentimental e histórico, son piezas únicas e irrepetibles, posiblemente las últimas en el país, y todo gracias a Néstor Antonio Flores.