La palabra «crisis» viene del griego krinein, que significa separar o distinguir. Hoy, vivimos en un punto de nuestra historia moderna, en la que convergen al mismo tiempo todo tipo de crisis: crisis en nuestro medio ambiente, crisis en la estructura de las familias, crisis en la política, crisis en y entre los poderes de las naciones en todo el mundo, crisis en la economía en los distintos países del mundo, crisis en la salud, crisis en la educación, crisis en la energía básica para el desarrollo de la vida cotidiana, etc. Y podríamos seguir, es un tema interminable.
La crisis también genera en nuestra mente un estado de tensión. Como su etimología lo dice algo se va o se ha roto, y esto tiene implicancias de que desarrollar una nueva forma en que veremos cierta situación de vida. Todos, sin duda, hemos pasado por una crisis, no es nada agradable, es un proceso que muchas veces puede ser doloroso, pero necesario y que con el tiempo como compañero de vida aclarará nuestra visión oscurecida por las emociones del momento. El poeta y filósofo Sufí Rumí, dice: “Donde hay ruinas hay un tesoro”, es decir, es necesario poder ver más allá del dolor. Esto no es un proceso que muchos estén dispuestos a poder llevar a cabo, nadie escapa a una crisis. “No hay árbol que el viento no haya sacudido” dice un Poema Hindú, así que las crisis, como sin duda todos en este mundo tan convulsionado hemos teniendo, nos empuja hacia una transformación obligatoria en la cual, básicamente, tenemos dos caminos a tomar, o nos dejamos aplastar o hacemos algo para levantarnos y salir de la situación de crisis.
Las mariposas no nacen con alas de colores hermosas como las vemos nosotros, sino que antes nacen como pequeñas orugas. Con el paso de los días, estas orugas van creciendo en tamaño hasta que terminan envolviendo todo su cuerpo con seda y formando un capullo donde comienza una metamorfosis que terminará transformando a ese animal que se arrastraba por el suelo en una preciosa mariposa de grandes alas. Acá la mariposa tuvo dos opciones: reptar arrastrándose por el suelo sin tomar ningún riesgo, siempre en un terreno seguro y “viendo las cosas encima”, o volar y “ver las cosas desde arriba”. Esto siempre ha sido usado como una metáfora de la vida, en la cual en algún momento todos, sin excepción, pasaremos por una metamorfosis nada agradable y muy dolorosa de la cual tenemos la oportunidad de salir trasformados en una mariposa con otros colores, otras expectativas de vida, otro norte y totalmente renovados, y como podremos metafóricamente volar, podremos ver las cosas desde arriba, con una visión más amplia de la vida. De alguna manera muchos se niegan a pasar por esta trasformación dolorosa y es su decisión. Albert Einsten decía: “Para resolver los problemas tenemos que ir a un nivel superior”. Alguien alguna vez me dijo: “en la vida hay dos ideales, el del gusano, que siempre está seguro, porque está en tierra y no corre prácticamente ningún riesgo, pero cualquiera le puede colocar el pie encima y ser aplastado. Y el otro ideal, es el del águila, que para poder aprender a volar, se cae muchas veces, sobre las piedras y en los acantilados de las montañas y sufre mucho, pero que cuando emprende el vuelo, está por sobre todas las cosas y nadie le puede colocar el pie encima”. No podemos negar las crisis y situaciones complejas que estamos viviendo, pero tampoco podemos negar que tenemos estos dos caminos, frente a una situación de vida. Bienvenidos al cambio.
Instructor Yoga y Meditación. Educador en Fitness y Salud, certificado en USA por ACE, miembro IDEA Health Fitness Asociation. Benfitness Service Chile Director.