Lutero decía: ”No podemos evitar que los pájaros revoloteen sobre nuestra cabeza, pero si podemos evitar que hagan nido en nuestra cabeza”. Pero, ¿cómo podemos evitar que los pensamientos afecten nuestro estado de ánimo?. Esta frase describe la naturaleza involuntaria de los pensamientos y podemos también notar que la mayoría de las cosas que llegan a nuestra mente, a través de estos pensamientos involuntarios, son de carácter negativos.
Si no tenemos conciencia de esta cualidad mental, es muy fácil caer en una prisión de expectativas, recuerdos y suposiciones que pueden llevar a cualquier persona a un estado depresivo. Estos pensamientos involuntarios y repentinos que aparecen en nuestras mentes son también llamados pensamientos intrusos y pueden ser causas de ciertos estados de ánimo indeseados y también de algunos Trastornos Obsesivos compulsivos (TOC). La pregunta es ¿cómo podemos lidiar con esta tendencia de nuestra mente, tan difícil de controlar.?
Se calcula que tenemos unos 60 mil pensamientos cada día. Duran muy poco tiempo, unos 3-4 segundos, y aparecen continuamente. Por ello siempre tenemos la sensación de estar pensando todo el tiempo. Hay acá un punto importante, si bien tenemos estos pensamientos involuntarios, como pájaros que revolotean nuestra cabeza, también tenemos la contraparte mental y son los pensamientos voluntarios, aquellos que nosotros podemos generar, trabajar y cultivar, y entrenar.
Evitar que hagan nido es trabajar los pensamientos voluntarios, Amit Ray decía: ”La mente es un espejo flexible, ajústalo, para ver mejor el mundo”. Ajustar nuestros pensamientos voluntarios es algo que podemos hacer porque nosotros tenemos el control, la reflexión, la planificación y la creación, y son frutos del pensamiento voluntario. No son frutos de la espontaneidad de nuestra mente, no es ser positivos a mil, porque en la vida real hay cosas que no son agradables, la perdida de una pareja, la muerte de un ser querido, un accidente o una enfermedad, y son parte de la vida y hay que aceptarlas. Es importante considerar que también los pensamientos involuntarios son pasajeros, o aves de paso, así que, así como llegaron a nuestra mente también se irán.
Un aspecto final a considerar es que esta espontaneidad de nuestra mente, no requiere esfuerzo para emerger, sin embargo cultivar los pensamientos voluntarios, si requiere de un esfuerzo considerable. El área superior de nuestro cerebro, requiere de mucha energía, y la reflexión el repensar, la atención son costosos para nuestra biología, por eso muchas veces somos superados por el enojo, el miedo y los pensamientos más negativos. Siempre tener un espacio, un tiempo breve en el cual poder respirar profundo y reflexionar , será una muy buena idea para nuestro bienestar y salud mental.
El famoso maestro zen vietnamita Thich Nhat Hanh decía que cuando surgía ira en su mente le decía: “Hija mía, voy a cuidarte para que no hagas daño a nadie”.
Namaste.

Instructor Yoga y Meditación. Educador en Fitness y Salud, certificado en USA por ACE, miembro IDEA Health Fitness Asociation. Benfitness Service Chile Director.