Si nuestra rutina diaria gira en torno a satisfacer las necesidades y gustos de los demás y también de encontrar el sentimiento genuino de agradar a los demás (aun cuando tengas que postergar tus propias necesidades e intereses personales), podríamos asegurar que te has contagiado con el síndrome de querer complacer a los demás. Gran parte de esta conducta gira entorno a la incapacidad de decir que no. Sin duda, la bestia o el demonio con el que muchos no se quieren enfrentar es el miedo, personificado en la negación de alguna petición. El ejemplo más claro de esto es Monica Geller de la serie de televisión “Friends”, siempre esforzándose por ser la anfitriona perfecta y caerle bien a todo el mundo. ¿Te imaginas el desgaste psicológico de querer estar bien con todos, considerando la infinidad de diferencias de gustos y necesidades de todas las personas?. ¡Querer agradar a todos es una locura!.
Evitar una cierta situación desagradable o que nos incomoda conlleva un precio en la salud de la persona y su entorno (James Groos, Emotions Regulation).
¿Pero cuál es el problema en todas estas actitudes? La sobrecarga y la tensión que todo esto genera en la salud mental y bienestar de cualquier persona que viva en estas situaciones habitualmente. La realidad es que caer bien y complacer a todos, es imposible y tampoco es necesario, como lo afirman algunos expertos en Psicología.
El afamado Dr. Albert Ellis, Doctor en Filosofía y, uno de los Psicoterapeutas Cognitivos de mayor prestigio mundial, en su libro “Una nueva guía para una vida racional”, dice que como una de las creencias irracionales número uno, está el exigir la aprobación y el amor de los demás. Sin embargo, él señala que lo crucial de este error es confundir las preferencias y deseos con las necesidades humanas. Esta frase, fue escrita en una época que no existían los “like”, o “me gusta”, y sin duda, el querer agradar a los demás es un tema muy actual en las redes sociales hoy por hoy.
También, Epícteto, uno de los fundadores de la filosofía estoica, nos dice que tenemos que diferenciar entre las cosas que podemos controlar y las cosas que no podemos controlar, y aun así, aquellas cosas que podemos controlar también pueden fallar. Lo vemos a diario, hay personas que pueden dar todo su amor, cariño y dedicación a un su ser amado y, sin embargo, este puede decidir irse o ser un mal agradecido y es algo que no podemos controlar. No hay un seguro para esto. No digo que las personas deban ser un individualista o indiferentes al sufrimiento ajeno y a las necesidades cotidianas de los demás, sino a analizar nuestras verdaderas motivaciones detrás de nuestras acciones.
“Para crearte enemigos no hace falta declarar la guerra, solo basta con decir lo que se piensa” -Martin Luther King- Namaste.

Instructor Yoga y Meditación. Educador en Fitness y Salud, certificado en USA por ACE, miembro IDEA Health Fitness Asociation. Benfitness Service Chile Director.