Manejando el estrés

Fácil… ¡Dicen!, es necesario identificar que nos lo genera para lograr superarlo… veamos cómo.

Distintas situaciones en la vida  generan más estrés o respuestas reactivas y adaptativas  que  otras, no es lo mismo la muerte de tu  pareja o  que  de pronto pierdas tu  trabajo. El grado  de magnitud es totalmente diferente, ambas situaciones externas nos generan caos en nuestra mente, pero una  más  que  otra. Y  más  aún,  en estos  ejemplos  podemos  también  decir  que  algunas personas  reaccionaran de una  forma  y  otros  de  otra  forma, esto  es lo  que  nos  hace precipitadamente decir: ¡¡Pero cómo es posible que esta persona  se  quitara  la  vida  por  eso que  tenía  solución!!!, claro,  para  nuestra  mirada  de las  cosas, para  nuestra  perspectiva  de la  vida, pero no para la de esta persona. Esta reflexión aplicada a todo lo que las  privaciones y el  encierro  ha causado  en esta  pandemia nos hace  preguntarnos: ¿Donde se halla  la  diferencia? ¿Cómo  un mismo  golpe destruye a una  persona, mientras que  a otra lo transforma en un orden interior?

Generalmente, cuando hemos sido afectados por algo tan dramático como  pérdida  de empleos, perdida de  familiares y  otras perdidas  intangibles  como  nuestra  libertad  para  ir, hacer o  estar con quien nos  da la gana, lo más importante  es conocer y regular nuestras  emociones. 

El primer  recurso  es  la regulación externa  de nuestras  emociones, como  el  apoyo de nuestra  familia, nuestros amigos, nuestros vecinos, nuestros  compañeros  de trabajo y  toda una  red  social  de  apoyo y  que causan  un  impacto importante  en  nuestros  estados  emocionales. Por esta razón, para el cuidado de  esta  pandemia debe haber  un distanciamiento  físico, pero  jamás  un  distanciamiento  social,  de  alguna  forma  las  redes  sociales  son  un  recurso de  emergencia  medicinal,  para  nuestro  estado  mental ya que el  aislamiento y  la  soledad  no son buenos  amigos de  nuestra  salud  mental. Este  recurso  es  algo  que lo vemos  todos  los  días, sobre todo en la  formación y  educación de los  niños, ellos  por  tener  un  cerebro  en desarrollo, no pueden    autorregular  fácilmente sus  emociones y  necesitan  una  regulación  externa, que  son  sus padres, profesores y  adultos  que  los  rodean. ¿Pero qué  pasa en adultos  que  no tienen  esta  red  externa  para  regular  sus  emociones?  Hoy  dependemos de  nuestros  recursos  internos, nuestra voluntad, nuestra filosofía, nuestra atención, etc. La  autorregulación  para  no  sucumbir  ante  cualquier  adversidad  es  vital.

Frente  al  caos  y  las  dificultades de  la  vida   podemos  tener  una  respuesta  emocional  muy  distinta  entre  una  persona  y  otra  gracias a algunos  recursos  importantes  para nuestra  salud  mental, el primero  es  la  capacidad  de  poder  llevar  la  atención hacia  otra  cosa  que  no sea  lo  que nos  está  devastando. Esto es algo  que  intuitiva y orgánicamente hacemos al  escuchar  música, cambiar el canal de noticias por algo más agradable, chatear  con algún  amigo de infancia, cocinar algo  que  nos  apetece, etc. La  distracción juega  un rol  importante  para  cambiar  ese  estado  emocional que  nos  afecta íntegramente, no  se trata  de  cerrar los  ojos  a la  realidad, sino de protegernos  del  caos  reinante.  Donde tu  colocas  la  atención allí  está  la  emoción, así  de  importante  es.  Alguien  dijo sabiamente: “El ser humano libre no es aquel que actúa de acuerdo a sus emociones. Es aquel que decide actuar de una manera como él lo ha elegido independientemente de cómo se sienta”.

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