Mujeres Destacadas: SILVIA VARGAS GAIA

Silvia, de sangre italiana, nació en Guaymallen en Km8, es apasionada, intensa y de corazón noble y puro.

Si le pedís que se defina no podrá parar en contarte su vida, es una invitación a la charla, a la calma y a disfrutar de la conversación. Es emprendedora y está llena de proyectos y todos tienen algo en común: el dar por amor. Está enamorada de la vida, es fotógrafa, artistas, Maestra de Reiki, Masoterapeuta e Instructora de yoga.

Al decir su nombre no puede dejar de recordar su niñez y a su nono: “él es piamontes, fue el que me enseñó a escribir ni nombre y me dijo “Firmá Silvia Vargas Daia porque este apellido es muy importante”. Cuenta que tuvo una niñez muy sufrida, pero eso fue lo que la fortaleció muchísimo. Nació en un rancho, una casa que tenía más de 300 años y que cuando amanecía desprendía un aroma a retamo que la volvía loca, y esos aromas la llevan a esa vida donde aprendió a ser solidaria con el resto.

Detesta la rutina porque cada día es una aventura, “hago muchas cosas, a lo largo de mi vida he hecho muchas cosas, tuve la suerte de nacer con mucha habilidad en las manos y de ser muy creativa, esto lo heredé, viene de mis genes, viene de mis abuelas y mis nonos, yo me crie con ellos, aprendí todo de ellos, si un día me dicen necesito un bordado, bordo, si al otro me dicen que tengo que llevar una chaqueta t ata y reciclo y soy yo la crea. No tengo obstáculos para lograr lo que quiero, respecto a mi capacidad creativa”.

En estos momentos sus obras se están exponiendo en Italia, fue convocada para exponer en las Isla Canarias, pero para ella sus mejores obras son sus 5 hijos.

Mis grandes obras de arte son mis 5 hijos, eso no lo dudo. Un hombre de 37 años es que un caballero y 4 mujeres excepcionales que son sumamente capaces, ellos son mi mejor obra

Silvia

Fue voluntaria en cuidados paliativos en Fundavita durante muchos años, formó voluntarias y fue presidenta del Hospital Notti ad honores por 7 años, porque ama, ama sin dudar y se da por amor.

Se recibió de maestra de Reiki e instructora de yoga y esto comenzó gracias al voluntariado: “el Reiki llegó a mi vida porque yo era voluntaria de cuidados paliativos y cuando íbamos a la oficina de Fundavita para la capacitación comenzó a llegar la gente de Santoro, algunos voluntarios no querían, pero yo lo quería todos los días, y un día la Mayor de las Maestras me dijo “Silvia, yo te veo una luz especial, vos estas acá para sanar” y es algo maravilloso el dar amor, así que le dije sí… lo voy a hacer”.

Y así fue como comenzó a transitar este camino “estuve estudiando 12 años y eso fue para mí una amplitud de la cabeza. No es solo el Reiki en sí, es amar a ser humano tal cual es. Vos tenes enfrente a un ser humano y lo tenes que amar tal cual, y eso es maravilloso, y entregarle la paz. Y hacer un pacto de paz te abre la cabeza, ahí comprendes que el mundo es bellísimo”.

Se divorció, pero antes de eso apostó por los sueños del padre de sus hijos, y cuando le tocó el momento de cumplir sus sueños lo aprovechó al máximo, aun lo hace, y se llenó de experiencias y nuevos aprendizajes. Y aún le quedan sueños por cumplir: poder tener una muy buena cámara y una moto equipada para unir estas dos cosas y salir a la calle en busca de una nueva aventura.

Foto:  Walter Gallinal www.instagram.com/gallfotografia2017/

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