Por el sendero

Arrancamos la semana con una propuesta de Silvia Vargas… vivir la vida. ¿Fácil? Veamos…

¿Cómo has estado en estos días? Te comento que estuve analizando en este tiempo los resultados que van obteniendo muchas personas en pandemia. Me incluyo. Si bien muchos son los seres queridos que han partido, deseo rescatar la vida en este preciso momento.

¡La vida es ya!

Muchas son las publicaciones que hemos compartido y leído, la noticia que en nuestra Provincia de Mendoza en este fin de semana, fue la pérdida física de Ernesto Contreras, «El Cóndor de América». Que tristeza. Es tan rica la historia de nuestro destacado deportista, el cual apreciamos desde generaciones pasadas. Recuerdo las revistas en casa de mis familiares y la alegría en las calles ante las carreras de bicicleta en especial siguiendo a este grande de verdad.

En aquellas épocas, la mayoría de la población tenía como medio de movilidad: la bicicleta. Luego, al correr el tiempo este medio tan útil se acomodó en las fijas de los deportistas muy especialmente. Así hemos visto tantas marcas y novedades en el rubro. Lo cierto es que El Cóndor de América nos deja una lección importante: la humildad.

Esa humildad de los grandes, tan solo un grande de verdad puede ser así. La alegría debe seguir nuestro sendero diario, el despojarnos de equipajes pesados , el poder transitar con la libertad acompañado de la esperanza cada día es maravilloso.

Pensar tan solo en pandemia resulta muy desalentador. Lo importante es poder erguirse feliz cada mañana al despertar, vivir el presente, cada segundo en estado de consciencia absoluta, pensando en positivo.

Que nada opaque tu sonrisa. Porque tu actitud es contagiosa y puede ser la mejor de las vacunas para muchos que hoy están en muchas luchas y desesperanzas. Deseo estés con tu ánimo arriba, ¡que aún el telón no subió!

Como decía nuestro gran Chaplín: » La vida es el ensayo de una obra que nunca será estrenada»

Te dejo en la portada una foto desde Potrerillos.

NAMASTÉ