Será ley

En el Congreso ya se debate por la Ley del aborto, será una jornada de debates y se realizará una vigilia a la espera del resultado, y camino a eso te compartimos unas palabras de Vero Benitez al respecto.

Conquistar derechos nunca fue fácil y menos para las mujeres, para las minorías o para los sectores postergados. Pero nuestro país tiene una historia de ampliación de derechos en el campo popular prácticamente inédita en Latinoamérica. Existe un movimiento político que ha incluido a la vida social, cívica, política y cultural a todxs. A lxa desamparados, a las mujeres, a las diversidades, a quienes siempre el orden establecido ponía al final de la fila. No importa si son uno o son un millón, lo que importa es que son. No son números, son personas. Eso los y las argentinos lo sabemos bien, y lo sabemos porque la historia nos lo enseñó. La derecha cuestiona el número de los desaparecidos y en realidad dónde habría que poner el ojo es en el terrorismo de Estado más que en el número. El número es sensacionalismo, eso hay que dejarlo para la ficción. En la vida real pasan otras cosas.

¿Cuántos abortos clandestinos se realizan en Argentina? ¿Cómo saberlo? Cómo podemos saber si justamente está escondido, negado, invisibilizado. Excelente método el negacionista. Pero vivimos en democracia, y venimos echando luz donde no había, cambiamos la consigna del silencio es salud por la consiga de ser la voz propia y de las que ya no están, o las que no se animan. Las personas gestantes tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, pero no como una concepción liberal e individualista sino como una posibilidad de elección en la construcción de vida propia que repercute en lo social. ¿Por qué unas pueden y otras no? Porque algunas tienen posibilidades y porque algunas tienen otros deseos, otras herramientas, otros conocimientos. Algunas pueden y algunas quieren, pero no pueden.

No estamos en una discusión filosófica o religiosa de cuándo empieza la vida o qué me parece a mí según mis creencias y mi moral lo que otrxs deciden sobre su cuerpo. Estamos en una discusión política. Existe una realidad entonces, ¿el Estado que hará con eso? En un Estado conviven diversas creencias y religiones, tenemos un Estado laico y está bien que así lo sea. Todas las posiciones son respetables, pero no se pueden elaborar políticas sanitarias en base a creencias sino en base a problemáticas existentes. Y la única verdad es la realidad. La realidad es que las mujeres abortan en la clandestinidad, el negocio de unos pocos. Un negocio que se lleva la vida y la salud física y mental de muchas y muches. Tiene que existir una legislación, exigimos educación sexual integral y aborto legal en la salud pública y privada. El Estado es responsable, el Estado tiene una deuda. El tiempo es ahora, ampliar derechos no quiere decir que siempre es el deseo de las mayorías, porque en democracia también hay que representar a las minorías. 

Hago hincapié en este terreno de mayorías y minorías porque intentan plesbicitar un reclamo de derechos. A ver si entendemos, los derechos son para todxs no para un sector. Si el número es alto o es bajo, no deja de ser una estadística. Lo que nos preocupa y sobre lo que el Estado debe ocuparse es en las vidas y los cuerpos que se exponen día a día a prácticas clandestinas. Porque la discusión es esa, ¿aborto legal o aborto clandestino?

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