Nos vamos a tomar un momento para respirar, tomar algo calentito para el alma y pensar, pero lo haremos hoy, no después…
En Japón es interesante como estos conceptos y filosofía de vida que son tan importantes para la salud mental, están inmersos en rituales como el del Gran Santuario de Isé, al sur de Kyoto (Japón). El santuario se construyó hace mil quinientos años. Una de las cosas más increíbles sobre el santuario es que cada 20 años, todas las estructuras espirituales importantes, incluidos los templos, puentes y puertas, son demolidas y reconstruidas completamente. La próxima renovación se hará en el año 2033. Así que llegada la fecha, el templo se echa abajo y se reconstruye, en un campo que está al lado. Los vecinos de la zona transportan grandes troncos de ciprés japonés por las calles de la ciudad en dirección a los templos. Un año después, con esos troncos, los carpinteros empiezan a trabajar la madera para reconstruir los santuarios. Esto es una ilustración y enseñanza viva de que todo es un constante cambio y que nada es para siempre. También muestra el ciclo continuo de un hacer y deshacer de la naturaleza. Un árbol nace, crece, expone sus hermosas hojas y tronco luego, envejece, se deteriora y muere. Todo este ciclo es perfecto y todo tiene su propósito.
Antes que Platón hubo un filósofo griego llamado Heráclito, y fue un personaje bastante revolucionario para su época. A Heráclito le encantaban los juegos de palabras y el declaraba lo siguiente: “todo fluye” y que “nada es permanente” y también lo conocemos por su gran frase: “no te puedes bañar dos veces en el mismo rio”, porque claro, el rio en un instante mas no será el mismo, y por supuesto nosotros en un instante más tampoco seremos los mismos. Esto también lo enseña nuestra ropa de hace 20 años y que ya no nos queda, ¿porque?. Porque sobretodo físicamente, estos cambios son fácilmente palpables y es que somos parte de la naturaleza, ¿porque nos negamos y resistimos a este proceso de cambio? Eso daría como para otro artículo pero sigamos profundizando este aspecto.
Es bastante curioso que en otra parte de mundo, en la India, el gran filósofo Patanjali, en los Yogasutras uno los textos más importantes del Yoga, enseña que el origen del mayor sufrimiento humano está en creer que lo impermanente es permanente, en palabras simples quedarse pegado, y negar ese proceso.
Gran parte de estas filosofías contienen ricas estrategias para romper con el apego, que se genera con esta mentalidad de quedarse en un estado o aferrarse a distintos objetos, no tan solo materiales sino también objetos mentales. Alguien dijo: si cambias la forma de ver las cosas, las cosas que ves cambian. Generalmente estos procesos de cambio de perspectivas o de miradas son inducidas por alguna experiencia dolorosa, y a veces ni siquiera, con una experiencia dolorosa, este cambio se produce.
Esta llamada de atención a la impermanecia de las cosas y al continuo cambio, es también una invitación a vivir y a descubrir la intensidad de cada instante de la vida, que cada instante y cada experiencia será irrepetible. Salir sin despedirse, sin decir adiós que es ya común en los jóvenes y adultos también, puede ser un ejemplo cotidiano de la ceguera de lo efímero que puede ser la vida, ¿Estás seguro que vuelves?. La inconciencia de la impermanencia de las cosas y la vida, puede ser el origen del continuo dejar para después, un llamado telefónico, un te quiero, o una caricia, pensando siempre en un después te veré. Nada es para siempre y todo es un continuo cambio. Namaste
Instructor Yoga y Meditación. Educador en Fitness y Salud, certificado en USA por ACE, miembro IDEA Health Fitness Asociation. Benfitness Service Chile Director.