Un Paseo por Museo Nacional del vino y la vendimia en Maipú

Hoy vamos a conocer ese Chalet que con el tiempo, la vida y la historia pasó a ser guardián de los recuerdos siendo el Museo del Vino y la Vendimia.

Nos encontramos en Maipú, uno de los departamentos más importantes de Mendoza, referente a nuestra Vendimia, historia e inmigrantes visionarios que llegaron a América. Con la pasión, la fuerza sublime donde hoy podemos disfrutar de cuantiosa belleza, arte, mágico.

Nos Recibe Alessandra Camarota quién nos habla con tanto amor de este lugar que nos acobija con la distinción de siempre.

Reseña Chalet Gargantini – Museo Nacional del Vino y la Vendimia

El chalet Gargantini, ubicado en el departamento de Maipú, fue construido entre los años 1902-1910. Perteneció a Bautista Jerónimo Gargantini, suizo que llegó a Mendoza en 1884 con 21 años. Era albañil y hacía fiambres, los que vendía en un puesto del Mercado Central. Nació en La Colina de Oro, cantón suizo, que limita con Italia, por lo que hablaba muy bien en ese idioma y tenía costumbres italianas. 

Con el tiempo, conoce a Juan Giol, otro inmigrante que llegó en 1887 a la provincia, desde Bigonovo, Italia, con quién va a trabajar en la bodega de Toso, que formó una sociedad con ellos. En 1890, este bodeguero se retira del grupo. Ellos forman su propia sociedad, además de haberse casado con dos hermanas del distrito de Panquegua en Las Heras. Olivia Bondino se casa con Jerónimo y Margarita con Juan.

En 1896 compran 44 hectáreas de terreno en Maipú (hoy predio Giol-Gargantini, Parque Metropolitano) que incluía una pequeña bodega del italiano Solozi, luego la transformarían en una de las bodegas más modernas del país, La Colina de Oro. En 1898 ya lanzan las primeras tandas de vino La Colina de Oro y Cabeza de Toro, luego sería Toro y Toro Viejo. Llegado 1910, las mansiones de la familia Giol y de la familia Gargantini ya habían sido terminadas. Estilo Art Nouveau, lenguaje Liberty, (italiano), características villas italianas, rodeadas de galerías, las que se encuentran en el mismo predio de la bodega.

En 1911 la familia Gargantini vuelve a Suiza, pasa a Giol quién se une al Banco español del Río de la Plata y forma la firma Giol S.A. Pero en 1915, los Giol se van a Italia, quedando la empresa, la bodega, los chalets en manos del banco.

En 1936 muere Juan Giol y un año más tarde Jerónimo Gargantini, cada uno en su terruño.

La empresa adquiere deudas y en 1954, el estado le compra 51% de las acciones, para palearlas, pero 10 años más tarde la situación ha empeorado, entonces pasa a ser estatal. Pasados varios años, se agravó la deuda y comenzó el remate de la bodega, los terrenos y todo lo perteneciente a la firma.

En 1992, después de haber funcionado como gerencia, administración e incluso casa de un gobernador (1959-1960) las casas quedan a la deriva, Es así como en 1992 pasan a ser patrimonio provincial y son donadas a la municipalidad de Maipú, con el sólo fin de Crear el Museo Nacional del Vino y la Vendimia. Ya en 1998, el intendente Chiqui Garcia, presenta un proyecto para que fuera, todo el predio, Monumento Histórico Nacional, cuya Ley 25002/98 y Decreto 339/99, establecen la pertenencia nacional.

Desde allí, en un incansable y arduo trabajo, la municipalidad ha tratado de mantener lo mejor posible los dos chalets, que cumplen más de 100 años. Hoy son parte del camino del Art Nouveau que comienza en Buenos Aires, además de estar en un 95% de originalidad, ya que aún posee el cableado eléctrico en funcionamiento, los radiantes con una caldera que colapsó recién en 2019, hoy una nueva, pisos y techos, además de algunos muebles que pertenecieron a la familia Gargantini.

Predio Giol-Gargantini, son la historia viva de una época de inmigrantes que transformaron la provincia.

Alessandra Rossana Cammarota Pavanello, que día a día trabaja con un gran equipo para recibir a turistas y vecinos nos cuenta un poco de ella, orgullosa madre y gran artista.

Me siento identificada con una frase de Renee Descartes «DARÍA TODO LO QUE SÉ, POR LA MITAD DE LO QUE IGNORO»

Mi nombre es Alessandra Rossana Cammarota Pavanello, nací en Chile y llegué a Mendoza a los 3 meses de edad con mi madre y padre.  Estudié en un Bachillerato Técnico Especializado en Artes Aplicadas, con título habilitante para enseñar a Personas con Discapacidad. Dibujante Técnica Trasladista, realicé innumerables vendimias en Maipú (escenarios y cajas lumínicas) y una en Lavalle. Trabajé desde 1994 en la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Maipú, desempeñando varias actividades culturales.  Artista Plástica de Alma, hoy desempeño mi labor como guía del Museo Nacional del Vino y la Vendimia, dónde también cumplo funciones armando muestras de Artistas Plásticos, Fotógrafos y Escultores.

Tengo dos hermosos hijos, Maximiliano de 33 años y Fabrizio de 28. Maxi junto a Pía su pareja me han dado el mejor regalo de la vida que se llama Renatta Abigail de 2 años quien ha iluminado toda mi vida, ella es mi hermosa nieta. En realidad, siempre han sido el pilar de mi historia. Están a mi lado y fomentan continuamente todos mis objetivos y disfrutan el logro de mis metas.

El Arte es todo aquello que acompaña a un ser, las alegrías o las tristezas se pueden expresar en un lienzo con el sentimiento que acompaña en ese momento al artista. Sin arte no existe la vida. Soy una amante y soñadora del color y la línea con la que puedo volcar todo mi interior. He tenido la suerte de dar clases de dibujo y pintura artística a niños, adolescentes y adultos, lo que me ha brindado la más maravillosa experiencia de cómo resolver situaciones desde diferentes puntos de vista. Con los niños aprendí que el miedo a dibujar no existe, que el color sólo se inventa en el momento de crearlo, dependiendo de la mano, que sostenga el pincel para mezclar un tinte.

Alessandra Rossana Cammarota Pavanello

A los jóvenes hay que dejarlos crear, sólo debemos ser quienes mostremos la belleza de cada instante, pero liberarlos para que expresen su propio mundo. Estoy muy orgullosa de todos los alumnos que he tenido, muchos me han superado y eso me hace más que feliz.

En mi camino por la cultura he tenido la suerte de conocer personas exquisitas, con las que descubrí la libertad de expresar. Uno de mis mejores recuerdos se llama Mariquita Malah, maipucina, artista plástica de reconocida trayectoria. Ella marcó mi vida artística y en cada una de mis obras está presente. Con ella comencé a amar el dibujo y la pintura, ella es el recuerdo de largas charlas de arte y de pintores que marcaron su vida como Guayasamin además de ser una admiradora de la pintura americanista, que representa la mayor parte de sus obras, incluso conocer a fondo a Dalí.

Yo no me enmarco en ninguna forma de pintar, aunque hay obras mías que, según algunos especialistas en pintura, se parecen a cuadros de Kandinski. Sólo tengo el lienzo frente a mí y comienzo a pintar. Me gusta mucho pintar caballos y tigres asiáticos, pero con fondos totalmente irreales. Soy una amante de la vid y disfruto pintar uvas y hojas de parra, las que considero las más bellas de la naturaleza. Como dibujante técnica, siempre hay líneas que marcan una rectitud, que baila a la par de lo abstracto.

El museo es parte muy importante de mi logro como amante del arte. Tiene 3 salas para pintura de todos los artistas plásticos que quieran exponer. A partir de este año, enmarcados en la Pandemia, estamos realizando lo que llamamos 4×3, combinado de 2 artistas plásticos, fotografía y escultura. Se ha anexado a estas muestras una cuarta sala, en la que se exponen las obras de fotografía. Respetando la situación, desde el museo, se hace un vídeo de cada muestra la que se entrega al exponente y también a las redes sociales del municipio.

Y como la inclusión es parte del equipo museístico, tenemos un guía ciego, Leandro, que trabaja con un proyecto y además somos los primeros en tener código QR para sordos, en zona Cuyo y los segundos en el país. Orgullo que resalta por el sólo hecho de trabajar en el museo.

El museo depende de Cultura de la Municipalidad de Maipú, el Director y Cultura de Patrimonio es Federico Aroma, el encargado del Museo del Gabriel Zamora. Los guías son Liliana, Claudia, Yoselie, María y Leandro.

Los horarios para visitar esta Mansión increíble: lunes a viernes de 9 horas a 18 horas. Está ubicado en Ozamis 914, Maipú.

Está preparado para ciegos con una descripción especial de la mano de Leandro (Proyecto que se inauguró en el año 2.019 con el apoyo a la UnCuyo conjuntamente Discapacidad Municipalidad de Maipú)

Debido a la Pandemia se realizará un video de las muestras teniendo en cuenta que no se puede hacer inauguración presencial.

Próxima Exposición:

  • Tuly Driuzi y Julia Primo, Artistas Plásticas.
  • Silvia Vargas, Fotografía
  • Escultor » sorpresa»

Es importante visitar nuestro patrimonio cultural, reinventándonos. El arte es sanador.

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